Janúario Martins de Almeida




Cuando el viajero llega a Fundâo desde el sur, desde el camino de Castelo Branco, un castillo de sueños medievales le da la bienvenida.

El castillo ni es castillo ni es medieval. Es una dulce extravagancia de principios del siglo XX. Como las murallas de las Arguijuelas de Abajo, como el castillo de Ivanhoe de Las Seguras, ambos en las tierras de Cáceres, o como esas tres joyas del Anónimo inglés que son los palacios de Cerro Verde, La Zapatera o las Pollatas.